Artrosis de la articulación del tobillo.

La artrosis de la articulación del tobillo es una enfermedad crónica que afecta al cartílago articular y posteriormente a otras estructuras de la articulación (cápsula, membrana sinovial, huesos, ligamentos). Tiene un carácter degenerativo-distrófico. Se manifiesta como dolor y limitación de movimientos, seguido de deterioro progresivo de las funciones de apoyo y marcha. El diagnóstico se realiza en base a los síntomas, el examen y la radiografía. El tratamiento suele ser conservador, utilizando antiinflamatorios, condroprotectores y glucocorticoides, y prescribiendo ejercicios y fisioterapia. En casos severos se realiza artroscopia sanitaria, artrodesis o endoprótesis.

artrosis de la articulación del tobillo

información general

La artrosis de la articulación del tobillo es una enfermedad en la que el cartílago articular y los tejidos circundantes se destruyen gradualmente. La enfermedad se basa en procesos degenerativos-distróficos, la inflamación en la articulación es secundaria. La artrosis tiene un curso crónico ondulatorio con remisiones y exacerbaciones alternas y progresa gradualmente. Las mujeres y los hombres sufren con la misma frecuencia. La probabilidad de desarrollo aumenta drásticamente con la edad. Al mismo tiempo, los expertos señalan que la enfermedad "se está volviendo más joven": actualmente uno de cada tres casos de artrosis de tobillo se detecta en personas menores de 45 años.

Causas

La artrosis primaria ocurre sin ningún motivo aparente. El daño secundario a la articulación del tobillo se desarrolla bajo la influencia de algunos factores desfavorables. En ambos casos, la base es una violación de los procesos metabólicos en el tejido cartilaginoso. Las principales causas y factores predisponentes para la formación de artrosis secundaria de la articulación del tobillo son:

  • lesiones intra y periarticulares importantes (fracturas del astrágalo, fracturas de tobillo, desgarros y roturas de ligamentos);
  • cirugía de tobillo;
  • carga excesiva: deportes demasiado intensos, caminatas largas o estar de pie constantemente debido a las condiciones de trabajo;
  • usar zapatos con tacones, exceso de peso, microtraumatismos constantes;
  • enfermedades y afecciones asociadas con trastornos metabólicos (diabetes mellitus, gota, pseudogota, deficiencia de estrógenos en la posmenopausia);
  • enfermedades reumáticas (LES, artritis reumatoide);
  • osteocondrosis de la columna lumbar, hernia intervertebral y otras afecciones que se acompañan de pinzamiento de nervios y alteración del sistema muscular del pie y la pierna.

Con menos frecuencia, la causa de la artrosis es la artritis purulenta inespecífica, la artritis debida a infecciones específicas (tuberculosis, sífilis) y anomalías congénitas del desarrollo. Las condiciones ambientales desfavorables y la predisposición hereditaria juegan un papel determinado en el desarrollo de la artrosis.

Patogénesis

Normalmente, las superficies articulares son lisas, elásticas, se deslizan suavemente entre sí durante los movimientos y proporcionan una absorción eficaz de los impactos bajo carga. Como resultado de daños mecánicos (traumatismos) o trastornos metabólicos, el cartílago pierde su suavidad, se vuelve áspero e inelástico. Los cartílagos se "rozan" durante los movimientos y se dañan entre sí, lo que conduce a un empeoramiento de los cambios patológicos.

Debido a una depreciación insuficiente, el exceso de carga se transfiere a la estructura ósea subyacente y en ella también se desarrollan trastornos degenerativos-distróficos: el hueso se deforma y crece a lo largo de los bordes del área articular. Debido a un traumatismo secundario y a la alteración de la biomecánica normal de la articulación, no sólo sufren el cartílago y el hueso, sino también los tejidos circundantes.

La cápsula articular y la membrana sinovial se engrosan y se forman focos de degeneración fibrosa en los ligamentos y músculos periarticulares. Disminuye la capacidad de la articulación para participar en movimientos y soportar cargas. Se produce inestabilidad y el dolor progresa. En casos graves, las superficies articulares se destruyen, la función de soporte de la extremidad se ve afectada y los movimientos se vuelven imposibles.

Síntomas

Inicialmente, después de una carga significativa, se detecta fatiga rápida y dolor leve en la articulación del tobillo. Posteriormente, el síndrome de dolor se vuelve más intenso, cambia su naturaleza y el momento de aparición. Las características distintivas del dolor con artrosis son:

  • Dolor inicial. Aparecen tras un estado de reposo, y luego desaparecen progresivamente con el movimiento.
  • Dependencia de la carga. Hay un aumento del dolor durante el ejercicio (de pie, caminando) y una rápida fatiga de la articulación.
  • Dolor nocturno. Suele aparecer por la mañana.

La condición cambia en oleadas, durante las exacerbaciones los síntomas son más pronunciados, en la fase de remisión primero desaparecen y luego se vuelven menos intensos. Hay una progresión gradual de los síntomas durante varios años o décadas. Junto con el dolor, se determinan las siguientes manifestaciones:

  • Al moverse, pueden producirse crujidos, chirridos o chasquidos.
  • Durante una exacerbación, el área periarticular a veces se hincha y se enrojece.
  • Debido a la inestabilidad de la articulación, el paciente a menudo tuerce la pierna, provocando esguinces y desgarros en los ligamentos.
  • Se notan rigidez y limitación de movimientos.

Complicaciones

Durante una exacerbación, puede producirse sinovitis reactiva, acompañada de acumulación de líquido en la articulación. En etapas posteriores, se revela una deformación pronunciada. Los movimientos son muy limitados y se desarrollan contracturas. El apoyo se vuelve difícil; al moverse, los pacientes se ven obligados a utilizar muletas o bastón. Hay una disminución o pérdida de la capacidad para trabajar.

Diagnóstico

El diagnóstico de artrosis de la articulación del tobillo lo realiza un médico ortopédico basándose en un examen, datos de exámenes externos y los resultados de estudios adicionales. Cuando se examina en las etapas iniciales, es posible que no haya cambios, pero luego se revelan deformaciones, limitación de movimientos y dolor a la palpación. Se da gran importancia a las técnicas de visualización:

  • Radiografía de la articulación del tobillo. Desempeña un papel decisivo a la hora de realizar el diagnóstico y determinar el grado de artrosis. La patología está indicada por el estrechamiento del espacio articular, la proliferación de los bordes de las superficies articulares (osteofitos). En una etapa posterior, se detectan formaciones quísticas y osteosclerosis de la zona subcondral (ubicada debajo del cartílago) del hueso.
  • Estudios tomográficos. Usado cuando esté indicado. En casos difíciles, para una evaluación más precisa del estado de las estructuras óseas, se envía adicionalmente al paciente a una tomografía computarizada y, para examinar los tejidos blandos, a una resonancia magnética de la articulación del tobillo.

Las pruebas de laboratorio no cambian. Si es necesario, para establecer la causa de la artrosis y el diagnóstico diferencial con otras enfermedades, se prescriben consultas con especialistas relacionados: neurólogo, reumatólogo, endocrinólogo.

radiografía de tobillo

Tratamiento de la artrosis de tobillo.

El tratamiento de la patología es largo plazo y complejo. Los pacientes suelen ser atendidos por un cirujano ortopédico de forma ambulatoria. Durante el período de exacerbación, es posible la hospitalización en el departamento de traumatología y ortopedia. El papel más importante en la desaceleración de la progresión de la artrosis lo desempeña el estilo de vida y el modo correcto de actividad física, por lo que se dan recomendaciones al paciente para perder peso y optimizar la carga en la pierna.

Terapia de drogas

Se selecciona individualmente, teniendo en cuenta la etapa de artrosis, la gravedad de los síntomas y las enfermedades concomitantes. Incluye agentes generales y locales. Se utilizan los siguientes grupos de medicamentos:

  • AINE generales. Por lo general, se utilizan tabletas. Los medicamentos tienen un efecto negativo sobre la mucosa gástrica, por lo que en caso de enfermedades gastrointestinales, son preferibles los medicamentos "suaves".
  • AINE locales. Recomendado tanto durante el período de exacerbación como en la fase de remisión. Puede prescribirse como alternativa si se producen efectos secundarios de las tabletas. Disponible en forma de ungüentos y geles.
  • Condroprotectores. Sustancias que ayudan a normalizar los procesos metabólicos en el tejido cartilaginoso. Se utilizan en forma de cremas, geles y preparaciones para administración intraarticular. Utilice medicamentos que contengan glucosamina e hidrolizado de colágeno.
  • Agentes hormonales. En casos de dolor intenso que no se puede aliviar con medicamentos, los corticosteroides intraarticulares se administran no más de 4 veces al año.
  • Estimulantes metabólicos. Para mejorar la circulación sanguínea local y activar el metabolismo de los tejidos, se prescribe ácido nicotínico.

Tratamiento fisioterapéutico

Al paciente se le prescribe un complejo de fisioterapia, desarrollado teniendo en cuenta las manifestaciones y el estadio de la enfermedad. El paciente es remitido a fisioterapia. En el tratamiento de la artrosis se utilizan masajes y UHF. Además, en el tratamiento de la patología se utiliza:

  • terapia con láser;
  • procedimientos térmicos;
  • Electroforesis medicinal y ultrafonoforesis.

Cirugía

Indicado en las últimas etapas de la enfermedad, cuando la terapia conservadora es ineficaz, síndrome de dolor severo, deterioro de la calidad de vida de los pacientes o capacidad limitada para trabajar. Las operaciones se llevan a cabo en un entorno hospitalario y son abiertas y mínimamente invasivas:

  • Intervenciones artroscópicas. Si hay una destrucción significativa del cartílago, se realiza una condroplastia artroscópica. La artroscopia de saneamiento (eliminación de formaciones que impiden el movimiento) generalmente se realiza para el dolor intenso en la etapa 2 de la artrosis. El efecto dura varios años.
  • Artrodesis de la articulación del tobillo. Se realiza en caso de destrucción significativa de las superficies articulares, implica la extirpación de la articulación y la "fusión" de los huesos del pie y la parte inferior de la pierna. Proporciona restauración de la función de soporte de la extremidad en caso de pérdida de movilidad articular.
  • Endoprótesis de la articulación del tobillo. Realizado para artrosis avanzada. Implica eliminar las superficies articulares de los huesos destruidas y reemplazarlas con prótesis de plástico, cerámica o metal. Los movimientos se restablecen por completo, la vida útil de la prótesis es de 20 a 25 años.

Pronóstico

Los cambios en la articulación son irreversibles, pero la lenta progresión de la artrosis, el inicio oportuno del tratamiento y el cumplimiento de las recomendaciones de un traumatólogo ortopédico en la mayoría de los casos permiten mantener la capacidad de trabajo y una alta calidad de vida durante décadas después de la aparición. de los primeros síntomas. Con un rápido aumento de los cambios patológicos, la endoprótesis permite evitar la discapacidad.

Prevención

Las medidas preventivas incluyen reducir el nivel de lesiones, especialmente en invierno, durante los períodos de hielo. Si usted es obeso, es necesario tomar medidas para reducir el peso corporal para reducir la carga en la articulación. Es necesario mantener un régimen de actividad física moderada, evitar sobrecargas y microtraumatismos y tratar rápidamente las enfermedades que pueden desencadenar el desarrollo de artrosis de la articulación del tobillo.